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16 jun 2013

GALLINAS - Guión basado en el cuento homónimo de Rafael Barrett

El y ELLA toman mate en un jardín. A un costado, un cerco. Al otro costado, un árbol.
Por momentos hablan entre ellos, por momentos al público, como si los espectadores fuesen parientes o amigos.

El:           Cuando tenía mi cama y mis libros, era feliz.
ELLA asiente con la cabeza.
EL:          Hasta que llegué a tener un gallo y diez gallinas.
ELLA asiente con la cabeza.
El:       Cuando compraba una gallina la ataba dos días a un árbol para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor por su residencia anterior.
Pausa.
El:           Remendé el cerco del patio para que no se escapen.
ELLA:     Sí. Y para que no entren los zorros.
EL:          Me aislé.
Pausa.
ELLA:     Nos aislamos. Fortificaste la frontera.
EL:         Tracé una línea entre mi vecino y yo. Dividí la humanidad en dos categorías: yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llenó para mí de posibles ladrones y, por primera vez, miré a través del cerco con mirada hostil.
EL mira a través del cerco.
ELLA:     Sí. Esa mirada.
EL:          Mi gallo era demasiado joven.
ELLA:     Muy joven.
EL:        El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacerle la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas al intruso, pero las gallinas saltaron el cerco y pusieron huevos en casa del vecino.
Pausa.
ELLA:     Reclamaste los huevos.
EL:          Sí. Y por eso el vecino empezó a odiarme.
ELLA mira el cerco.
ELLA:     Su cara en el cerco.
Pausa.
ELLA:     Como la tuya.
El:           Sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado de los míos.
ELLA:     Sí. Tremendo.
EL:          Los pollos ajenos me parecían criminales.
ELLA:     Los perseguías.
EL:          Y una vez, furioso…
Pausa.
ELLA:     Mataste uno.
El:           Sí. Maté uno. (pausa) El vecino le dio una importancia enorme a ese… incidente.
ELLA:     No quiso aceptar una indemnización.
EL:          Retiró, como en una ceremonia, el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos.
ELLA:     Por eso empezó a hablarse…
Pausa.
ELLA:     La leyenda.
El:            La leyenda de mi brutalidad imperialista.
El:            Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar digamos…mi presupuesto de guerra.  (pausa) El vecino tiene un perro decidido a todo. (pausa) Yo voy a comprar un revólver.

EL se levanta de la silla como para irse. Ella saca una soga y se ata. EL se detiene y queda de espaldas a ELLA. Ella le da la punta de la soga a EL. EL sin mirarla toma la soga.
Pausa.


El:           Ahora tengo dos gallos y veinte gallinas. No disfruto ni de mi cama ni de mis libros. (pausa) Antes era un hombre. Ahora soy un propietario.


Obra: Emiliano Ponzi

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