Soy la tristeza disfrazada de mi esqueleto
y la escuela de las mil razones para ser feliz.
Se me está derrumbando la costumbre
mientras me estoy despidiendo solitaria de donde debo irme.
No recuerdo la tristeza que tuve aquella vez que no lloré,
ni recuerdo que lloré cuando alguien murió sin que yo supiera que moría. Tampoco conmemoro el llanto del amor que no correspondí
ni el que me correspondió sin mi gracia.
Soy la tristeza perdida entre hojas de mentira
y mentiras de libros enteros.
No llueve y se me agota la casa,
se agolpa en gotas que esponjan las paredes.
Se ahogan bibliotecas enteras, lapiceras, discos, acolchados
y las paredes blancas destiñen tiza sobre el piso para dibujar rayuelas.
Aprendo a contar de nuevo del 1 al cielo.
Empiezo en nulo y cambio el manto
desde esa canción que me maltrató hasta ésta que me empujó.
Ya vuelvo perla.
Del 0 al cielo aprendo a contar de nuevo y esa risa
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| Foto: Max Sauco |
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