Esa mañana
se tapó la cara con las manos
y se fue de la luz.
Había dejado el tiempo afuera
raspando la puerta.
Cerró la ventana
desoyendo.
Silbidos de lombriz en su intestino.
Durante años titiló apenas
entre mortal kombat dos
y cindor cannabis.
Intermitente entre padre santo
y fugas en si bemol.
Mayor
aprendió a rebotar
pacman
líneas rectas.
Se da la puerta contra la cabeza.
Se da la pared contra la mañana.
El embrión se muere gris en la gran barriga
abierta.
La cierra definitivamente
sin recordar que afuera
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