Mañana estoy muerto. Hoy no importa. Hoy es una
noche fresca que rememora la infancia torpe, los días que no vienen, las
bicicletas que atraviesan los recreos.
Hoy no importa, es una pantalla vacía, una voz
ronca al teléfono mudo, una televisión prendida del silencio de un plato de
ravioles de domingo comidos en la soledad de un viernes. Hoy no importa porque la
lágrima mas chica que se apiada de tanto odio, no merece ser llorada con la
apenas bronca de una pena paria; de una pena padre. Hoy es una noche de
garganta muerta, de no decir por quién hemos dejado todo lo que había en esta
mesa y servirnos de la costumbre de un viaje en el terreno prohibido de volver
de donde no se ha ido, de partir hacia donde nunca se llega, de demorarse en
donde la demora se paga con la ausencia.
Mañana estoy muerto, hoy no importa. Hoy es una
noche que no llega a anochecerse del todo y que una vez amanecida, nunca nadie
vendrá a criticarle que de tanta luna pintada se le ha corrido el suelo hacia
lo alto y que está mas inalcanzable que nunca, y es una nostalgia la que le
aluna la boca de misterio a tanta nada que es hoy la aurora que no llega, el
alba que no retorna.
Mañana estoy muerto, hoy ya no importa.
Escultura: Jean-LouisCorby. |
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