León y Karina, parados, conversan en la puerta de un edificio
de departamentos.
Karina: Hace frío. ¿No quiere entrar?
León: Es que no conozco a
nadie.
Karina: Yo sí. Soy
administrativa.
León: Mire usted, no
parece.
Karina: Y... ¿qué parezco?
León: La hacía más bien
contable.
Karina: Sí, eso me dicen
en general.
León: Me sorprende.
Karina: ¿Bien?
León: Sí, claro. Es mejor
que sea administrativa.
Karina: Eso me dice mi
primo.
León: Todo el mundo se lo
diría.
Silencio. Se miran.
Karina: Entre. Dele. Hace frío.
León: Sí. Para un
administrativo es una temperatura muy baja.
Karina: Aunque no conozca
a nadie va a estar bien.
León: ¿No estarán los de
empaque?
Karina: ¿A esos los
conoce?
León: Una vez vi a un
grupo. Eran seis o siete. En el año 98.
Karina: Sí. Eran muchos entonces. Se los
veía de noche.
León (señalando los zapatos de Karina): Es por los zapatos.
Karina: Claro. Es por el rojo. Los
contables usan mucho rojo.
León: Sí, claro. Es por
eso. Uno a veces tiende a encasillar.
Karina: Sí. Es cierto. Y a veces nos
equivocamos.
León: Conmigo no se
equivocó.
Karina: Con usted nadie podría equivocarse.
Es un típico Relaciones Siete.
León: Los ojos me venden.
Karina: Sí, 156 filamentos amarillos en el
izquierdo no los tiene cadetería motociclística.
León: Ni ordenanzas
on-line.
Se ríen.
León: Solamente...
Al unísono: Relaciones
Siete. ¡Ciento cincuenta y see-e-e-eeiiisssss....!
Ríen un instante. Quedan sonrientes, mirándose.
León: ¿Y quién más tiene
ciento cincuenta y seis... a ver?
Karina: Ascensoristas de Torre Verde.
León: Exacto.
Karina: ¿Pensó que podría
no saberlo?
León: Bueno... también
pensé por los zapatos... y me equivoqué.
Karina: ¿Quiere olerlos?
León: No... Por favor...
le creo.
Karina: Huela... huela y después
entramos... ¿sí?
León: Está bien.
Sonríen. Se miran. Karina se saca el zapato. Se lo da a León.
León lo huele y se lo devuelve. Karina se lo pone.
León: Está bien.
Entremos.
Van a entrar. León se detiene.
Karina: ¿Qué pasa?
León: El olor…
Karina: ¿Qué olor?
León: El de su pie.
Karina: No me diga…
León: Sí. Activó deseo
tres.
Karina: ¿Y ahora?
León: Y ahora… béseme.
Karina: ¿Ya?
León: Sí… o si no en la
fiesta. Un par de horas tenemos.
Karina: Sí, mejor esperemos… a mí no…
León: ¿Quiere olerme la
oreja ahora?
Karina: No… sí…
preferiría que fuese bailando.
León: ¿Le toca bailar?
Karina: Sí. Todo este
mes.
León: ¿Le gusta?
Karina: No.
León: ¿Y entonces?
Karina: ¿Entonces qué?
León: ¿Por qué olerme la
oreja bailando?
Karina: Justamente. Así me distraigo del
baile.
León: Huélame ahora.
Karina: ¿Le parece?
León: Y… ¿cuántos bailes
le quedan?
Karina: Pocos. Esta mañana bailé sola.
León: Mmmm… no sé si se
lo van a aceptar.
Karina: Sí, averigüé: es dos por uno.
León: ¿Y prefiere sola?
Karina: Es que bailo muy mal.
León: A ver.
Karina baila mal.
León: Sí. Tiene razón.
Mejor no bailemos.
Karina: ¿Le molesta bailar con alguien que
baila mal?
León: No. Para nada.
Karina: ¿Entonces?
León: Digo… ¿no quiere
sacarse la duda ahora?
Karina: Es que… el frío.
León: ¡Ah!, tiene razón.
Venga.
Karina se acerca a León.
León la abraza.
León: ¿Y?
Karina: Y, ¿qué?
León: ¿Olió?
Karina: No. Justo me dio urinaria.
León: ¡Uhhh! Bueno, ¿ya
está?
Karina: Sí. Ya está.
León: Bueno, vamos de
nuevo.
Se abrazan.
Karina: Sí. Ahora sí.
León: ¿Y?
Karina: Espere.
Esperan.
León: ¿Y?
Karina: Nada.
León: ¿Olió bien?
Karina: Sí.
León: ¿Quiere oler de
nuevo?
Karina: No, deje.
León: Qué lástima.
Karina: Sí. Me hubiese gustado.
León: Otra vez será.
Karina: ¿Quiere subir?
León: No. Se me fueron
las ganas.
Karina: ¿Ganas?
León: Sí.
Karina: ¿Qué son “ganas”?
León: Esteee… impulsos.
Karina: Los impulsos no desaparecen así.
Son raros los Relaciones Siete, eh.
León: Y… cada categoría
tiene sus rarezas.
Karina: Sí, claro. Bueno… yo subo.
León: Sí, vaya. Debe
tener mucho frío.
Karina: Un gusto (le da la mano).
León: Igualmente.
Karina entra, desaparece de la escena.
León queda solo, mirando la puerta.
Apagón.
Imagen: Héctor Acevedo. |
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