Hubo un tiempo
en que no teníamos nombre
Corredor natural de ese tiempo
era nuestra risa
La tierra entraba por los pies
Y llegando a la boca era agua
Más tarde se hizo temprano
Y una invasión de voces calló
Salpicado de telarañas
El aire en el aire
Y el pulmón quieto
Y la mirada quebrada
La salida, una luz opaca
para pedir perdón por no tener más
Hubo un tiempo
Cuando bastaba con el nombre
Tres cruces podían el desgarro
De un cielo demasiado extenso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario