No sé si puedo
evitar
romperme de nuevo
la cabeza contra la estampa,
la creencia contra el cuero,
para pelear otra vez esta batalla:
La de espantar todos mis sinos
hacia el recuerdo ascético
que los reencuadra.
No sé si puedo
envolverme otra vez
en el presentimiento
que me sentencia
y encontrarme en eso que repito
masticando otro anzuelo,
como si la carnada
tuviera algo cristalino y bello
irresistible
como si mi boca fuera
algo más blanda que el agua
No sé si alcanzo
a olvidar
día tras día
que estoy gastando
la misma maña
y cambiando con ahínco
todos los horizontes
de la misma calesita.
Porque hay asuntos
que pocas veces existen
si cuando estoy en los brazos del mareo
me agarro bien fuerte
de la prisa.Marcel Meys |
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