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10 mar 2013

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León y Karina, parados, conversan en la puerta de un edificio de departamentos.

Karina: Hace frío. ¿No quiere entrar?
León: Es que no conozco a nadie.
Karina: Yo sí. Soy administrativa.
León: Mire usted, no parece.
Karina: Y... ¿qué parezco?
León: La hacía más bien contable.
Karina: Sí, eso me dicen en general.
León: Me sorprende.
Karina: ¿Bien?
León: Sí, claro. Es mejor que sea administrativa.
Karina: Eso me dice mi primo.
León: Todo el mundo se lo diría.

Silencio. Se miran.

Karina: Entre. Dele. Hace frío.
León:  Sí. Para un administrativo es una temperatura muy baja.
Karina: Aunque no conozca a nadie va a estar bien.
León: ¿No estarán los de empaque?
Karina: ¿A esos los conoce?
León: Una vez vi a un grupo. Eran seis o siete. En el año 98.
Karina: Sí. Eran muchos entonces. Se los veía de noche.
León (señalando los zapatos de Karina): Es por los zapatos.
Karina: Claro. Es por el rojo. Los contables usan mucho rojo.
León: Sí, claro. Es por eso. Uno a veces tiende a encasillar.
Karina: Sí. Es cierto. Y a veces nos equivocamos.
León: Conmigo no se equivocó.
Karina: Con usted nadie podría equivocarse. Es un típico Relaciones Siete.
León: Los ojos me venden.
Karina: Sí, 156 filamentos amarillos en el izquierdo no los tiene cadetería motociclística.
León: Ni ordenanzas on-line.

Se ríen.

León: Solamente...
Al unísono: Relaciones Siete. ¡Ciento cincuenta y see-e-e-eeiiisssss....!

Ríen un instante. Quedan sonrientes, mirándose.

León: ¿Y quién más tiene ciento cincuenta y seis... a ver?
Karina: Ascensoristas de Torre Verde.
León: Exacto.
Karina: ¿Pensó que podría no saberlo?
León: Bueno... también pensé por los zapatos... y me equivoqué.
Karina: ¿Quiere olerlos?
León: No... Por favor... le creo.
Karina: Huela... huela y después entramos... ¿sí?
León: Está bien.

Sonríen. Se miran. Karina se saca el zapato. Se lo da a León. León lo huele y se lo devuelve. Karina se lo pone.

León: Está bien. Entremos.

Van a entrar. León se detiene.

Karina: ¿Qué pasa?
León: El olor…
Karina: ¿Qué olor?
León: El de su pie.
Karina: No me diga…
León: Sí. Activó deseo tres.
Karina: ¿Y ahora?
León: Y ahora… béseme.
Karina: ¿Ya?
León: Sí… o si no en la fiesta. Un par de horas tenemos.
Karina: Sí, mejor esperemos… a mí no…
León: ¿Quiere olerme la oreja ahora?
Karina: No… sí… preferiría que fuese bailando.
León: ¿Le toca bailar?
Karina: Sí. Todo este mes.
León: ¿Le gusta?
Karina: No.
León: ¿Y entonces?
Karina: ¿Entonces qué?
León: ¿Por qué olerme la oreja bailando?
Karina: Justamente. Así me distraigo del baile.
León: Huélame ahora.
Karina: ¿Le parece?
León: Y… ¿cuántos bailes le quedan?
Karina: Pocos. Esta mañana bailé sola.
León: Mmmm… no sé si se lo van a aceptar.
Karina: Sí, averigüé: es dos por uno.
León: ¿Y prefiere sola?
Karina: Es que bailo muy mal.
León: A ver.

Karina baila mal.

León: Sí. Tiene razón. Mejor no bailemos.
Karina: ¿Le molesta bailar con alguien que baila mal?
León: No. Para nada.
Karina: ¿Entonces?
León: Digo… ¿no quiere sacarse la duda ahora?
Karina: Es que… el frío.
León: ¡Ah!, tiene razón. Venga.

Karina se acerca a León.
León la abraza.

León: ¿Y?
Karina: Y, ¿qué?
León: ¿Olió?
Karina: No. Justo me dio urinaria.
León: ¡Uhhh! Bueno, ¿ya está?
Karina: Sí. Ya está.
León: Bueno, vamos de nuevo.

Se abrazan.

Karina: Sí. Ahora sí.
León: ¿Y?
Karina: Espere.

Esperan.

León: ¿Y?
Karina: Nada.
León: ¿Olió bien?
Karina: Sí.
León: ¿Quiere oler de nuevo?
Karina: No, deje.
León: Qué lástima.
Karina: Sí. Me hubiese gustado.
León: Otra vez será.
Karina: ¿Quiere subir?
León: No. Se me fueron las ganas.
Karina: ¿Ganas?
León: Sí.
Karina: ¿Qué son “ganas”?
León: Esteee… impulsos.
Karina: Los impulsos no desaparecen así. Son raros los Relaciones Siete, eh.
León: Y… cada categoría tiene sus rarezas.
Karina: Sí, claro. Bueno… yo subo.
León: Sí, vaya. Debe tener mucho frío.
Karina: Un gusto (le da la mano).
León: Igualmente.

Karina entra, desaparece de la escena.
León queda solo, mirando la puerta.
Apagón.


Imagen: Héctor Acevedo.




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