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10 mar 2013


Nos dejaron a medio hacer, los dioses,
inconclusos.
Igual que hacen los niños crueles y caprichosos.
(los dioses no han crecido
y se han quedado niños para siempre).
Se cansaron muy pronto de nosotros
y nos abandonaron en el mundo.
No nos aguarda nadie en ningún sitio
y envejecemos para nadie.
(nada envejece peor que los juguetes huérfanos).
-Pensá en el muñeco de trapo, ajado y sucio,
enfermo de tristeza,
olvidado por todos en el desván del tiempo-.

Un vértigo de espanto en su mirada
sucia y opaca.
y una soledad deforme y monstruosa
asomándose
a los espejos cóncavos de la locura.

Lo comprendemos tarde;
desechos de una infancia que nos besó en los labios
y huyó de nuestro lado.
Esperanza sin fruto ciegamente esperando.

Los dioses están lejos y nosotros
tan solo le importamos a la muerte.

Imagen: Iskren Semkov.

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