Porcelana taza me habla
con su blanco extravagante.
Boca de tapa intocable
que me aprieta las nalgas.
Que yo grito espantada
a sobresalto y reojo.
Sin explicación le apoyo
mi culo en su cara.
Que va a gozarse
en el revuelto de no saber
si mi género está degenerado
o regenerando las dudas
provocadas por mi femenino
y mi zigzagueante masculino.
Yegua, me grita exaltada.
Me increpa y me desata
ira hilarante.
Hombre hembra
afeminando al macho.
Una vez más miro su ademán,
renuevo mi voto secreto
y me retiro del pleito.
Foto: Tere Korondi |
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