Por el camino, como persiguiendo
sombras fugitivas, el loco viene.
Pasa. Como dos pájaros sus manos
agitan su cabellera de fuego.
Recogiendo los vientos cambiadizos
de la noche, sin verme el loco pasa.
Viene. Su pie vacilante manchado
con el dorado limo del infierno.
Sus ojos vieron más allá del cielo
y del abismo. Comprendió sus sueños,
sus visiones ¡y ya no lo recuerda!
Mi corazón soplando todavía
fuera de la oscura cuenca del pecho.
¡Locura! ¿Quién es quién en esta historia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario