Se curva la barranca
asciende
la red con los peces del día
sobre la espalda del pescador
y la gravedad se desenhebra
En uno de los platillos
el contrapeso
en el otro
escamas baldías
la balanza
se inclina en tristeza
no más que unos billetes
por el sacrificio de los peces
y el día
se completa
Alguien dirá el vengelio
de esa jornada
ellos esperan
en el mostrador
un Paraná de vino
comulgan
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