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17 sept 2013

EL PERRO NO ES DE NADIE

el perro se acercó despacio; con
las orejas retraídas, olfateando
desde lejos todo lo que yo tenía cerca.
me miró mudo; te miró callado
sacó la lengua para chuparte los dedos;
y abrió la boca en un gemido.
estiró el hocico, levantó las patas sobre tu cuerpo,
se acomodó nervioso
sabiendo que el muerto viene después de la muerte
pero antes de morir.

entonces te miré fijo
acepté el gruñido
(que no fue nada “porque no es nada”)
y descubrí las cuentas del rosario en tu mano
la cartera en la silla, el perfume, los zapatos;
todos los vestidos que no ibas a ponerte;
y uno solo
en el perchero del armario con un hexápodo de lavandina

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la eyaculación pálida
era la regla de tu excepción
el silencio
haciendo pleonasmo.
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cuando por fin te arranqué la carne
descubrí que tus huesos eran peones blancos de ajedrez

Ben Tolman

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